miércoles, 24 de diciembre de 2008

Bombillas de diseño que lucen al compás del abrir y cerrar de las carteras. Mazapán antidepresivo para hacer frente al sabor amargo de la crisis. Caminar rodeado de millones de personas por las calles del centro y aún así notar su ausencia. Villancicos con letras que rozan lo absurdo. Fotos que congelan sonrisas forzadas al brindar por un nuevo año que lo único que tendrá de nuevo será la última cifra. Niños que depositan su ilusión en forma de zapato bajo el árbol. Árboles cubiertos de regalos que compensan vidas vacías. En contra, asientos también vacíos que hace un año no lo estaban. A favor algún que otro nuevo ocupante. Echar de menos a los que no están y discutir con los que están. Reyes Magos bilingües que entienden de nuevas tecnologías. Atascos en un último esfuerzo por evitar la cena en casa de la suegra. Anuncios de colonias que no anuncian colonias. Anuncios a todas horas. A partir del día uno... como particular banda sonora de la larga lista de propósitos que nunca vas a cumplir. Doce campanadas a canjear por doce nuevos sueños. Oro, rojo y cava para desear que este año me desees. Compañías telefónicas que hacen su particular agosto en diciembre. Brindar por tener la oportunidad de brindar un año más. Pasar la última noche del año contando chistes, o riendo los (malos) chistes de la uno. Besos, besos, besos, no dejar para mañana lo que puedas besar hoy. Ser feliz aplicando la cantidad de alcohol adecuada. Resaca para olvidarlo todo hasta el año que viene. Hacer balance y que todo dependa del dolor con que se mire. Vivir en un mundo cada año menos cuerdo. A todos, a los de cerca y a los de lejos, feliz Navidad.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Tu vida a cambio de mi sonrisa. Y viceversa.



Te dedico mi sonrisa porque lloras siempre que nos (re)encontramos. Porque sufres cuando yo sufro. Porque sientes que me fallas cuando te siento más cerca que nunca. Porque coges un vuelo para venir a verme aún teniendo que regresar en menos de veinticuatro horas. Porque cada vez que vienes me inyectas tal cantidad de fuerza que sería capaz de comerme el mundo. Porque últimamente tu nombre aparece en la pantalla de mi móvil al menos una vez al día... y lo reconozco, lo necesito. Porque nadie me hace reír como tú, y lo has conseguido, incluso el fin de semana que parecía más imposible. Porque siento que cada día estás un poquito más cerca de entender que a las personas se les juzga sólo por lo que son. Más cerca de la felicidad. Porque lo haces todo tan fácil... Porque sólo tú conoces lo mejor y lo peor de mí. Lo que siento y lo que pienso, las razones por las que río, por las que lloro, por las que vivo. Porque las cosas se van ordenando solas, sin querer. Porque me entiendes, te entiendo... nos entendemos. Porque lloras siempre que nos despedimos mientras pienso que nada (ni nadie) puede hacer que esto cambie.



Felices 22. Te adoro, así, con todas las letras. Y desde aquí igual que si estuviera allí.

martes, 9 de diciembre de 2008



Haznos un favor a todos los que te queremos y vuelve pronto a sonreír. Aún no sé cómo, pero lo superaremos.

sábado, 29 de noviembre de 2008

Hay días en los que crees estar viviendo una mala película, de las que nada más empezar estás deseando que termine. Y terminó. Casi antes de que nos diéramos cuenta, y dejando tras de sí una extraña sensación de alivio, junto a un enorme vacío que se nota, se huele, se siente.


Sólo tú eres capaz de llevar encima un bloc de dibujo tamaño super en momentos como ésos. Me asombra tu capacidad de poner todo en trazos, de pensar en trazos, de sentir en trazos. Me hiciste sonreír al darle la vuelta al papel, aunque piense que me has dibujado demasiado guapa. Será porque los artistas veis la vida con otros ojos. O quizá porque me quieres demasiado.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Eres fuerte, y mucho, lo que pasa que no lo sabes. Aún.

Créeme que lo pienso y me lo digo sesenta veces cada minuto, sesenta minutos cada hora, veinticuatro horas cada día. Por si de tanto repetirlo al final me lo acabo creyendo. Y mantener el tipo nunca ha sido lo mío… pero esta vez están en juego las tres personas más importantes de mi vida. Y sé que ésta, por muy dura que se presente la batalla, también la vamos a superar entre los cuatro. Por mucho que se nos haya torcido la vida en una semana. Por mucho que ahora las lágrimas me impidan ver más allá. Por mucho que tenga que aprender a llorar hacia dentro mientras pongo mi mejor sonrisa por fuera.

martes, 25 de noviembre de 2008

Últimamente no tengo corazón

Cuento hasta diez para no perder la calma. Puedo mirar a quien me mira, soñar con quien me sueña, pensar sólo en quien me piensa. Mejor cuento hasta veinte. No quiero hacerte (más) daño. Puedo pensar que no hay nadie más, desear que no haya nadie más. Treinta y uno, treinta y dos... Crees que puedes conformarte con un beso. Quieres creerlo. Crees que puedes esperar a que yo me dé cuenta de que puedes hacerme feliz. Cuarenta y cinco. Podríamos tirar del tiempo a ver si tenemos suerte. Pero tu tiempo es sólo tuyo, lo hemos hablado un millón de veces. Sesenta, sesenta y uno, sesenta y dos… Podría acostumbrar a mi corazón a que se acelere cuando te acerques, a que de un vuelco si me tocas, a que me impida respirar con normalidad si me besas. Setenta. A ser feliz contigo, si es que se deja. Setenta y cinco. No negaré que a veces duela pero te mentiría si supiese por dónde empezar. Ochenta y uno, ochenta y dos… Me faltan las palabras para gritar en silencio que no, que no tengo besos de sobra, y por mucho que quiera no puedo elegir con quien soñar. Noventa y siete, noventa y ocho, noventa y nueve…



Al segundo cien descubrí que nada de esto tiene sentido e hice un pacto con el cielo, infinito.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Cuántas cosas han cambiado desde que no nos miramos

Olvídalo absolutamente todo, volvamos a empezar. Ven aquí y cómeme a besos hasta que el espacio y el tiempo pierdan el sentido. Mírame como sólo tú sabes y te juro que en ese instante soy capaz de ordenar que se detengan todos los relojes del mundo. Abrázame hasta que me duela, hasta que me falte el aire, hasta que tenga que besarte para no morir de asfixia. Ponte muy serio y dime que tu amor no tiene dueño pero que conmigo vas a hacer una excepción para toda la vida. Sonríeme si te digo que cuento el tiempo que falta para volver a vernos. Quítame la ropa, despacio, hasta que pierda el control y sólo me quede rendirme. Dime al oído que has decidido recuperar cada una de las horas perdidas. Mátame a cosquillas hasta que me cueste respirar con normalidad. Préstame tus alas cuando esté a punto de caer, o cáete conmigo porque si estamos juntos nada malo puede sucedernos. Tírame una bola de papel desde tu terraza que diga de tu puño y letra que no puedes esperar para volver a verme. Lárgate cada mañana besándome a traición. Convéncete de que el miedo solo es la excusa para no intentarlo, y que no tenemos nada que perder… y algo que ganar si nos sale bien.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Y es que tú y yo ya no somos como el resto del mundo

Pierden el tiempo, las dos están perdidamente enamoradas. Pero han decidido que no es el momento a pesar de ser plenamente conscientes de que lo suyo sigue ahí, flotando en el aire, igual que al principio. Se han concedido una última noche para después seguir con su vidas comosinohubierapasadonada. Pero han descubierto demasiado tarde que ha sido peor el remedio que la enfermedad.

Cada día me gusta(s) más.

Me cuentas que ahora está enfadada mientras pienso en la mejor manera de abrirte los ojos y evitar otra historia sin final, y justo cuando estoy a punto de encontrar la solución te oigo decir que saliste corriendo detrás de ella, cómo no ibas a hacerlo si ella es lo más importante de tu vida, que se subió a un autobús sin destino conocido y tú te subiste detrás, sin perder ni un solo segundo en pensar en nada más. Se me caen todos los esquemas a la altura de los zapatos y no puedo evitar enfadarme, solo un poco, que ya sabes que contigo no sé enfadarme. Ella es lo más importante de tu vida, y sin embargo la estás dejando marchar. Te quiere, y tú la quieres, pero os puede el orgullo a las dos. Yo lo veo clarísimo, pero está visto que desde fuera las cosas siempre se ven de otra manera. Te sabes bien la teoría, dijiste, pero suspendes en la práctica...



...y ya no supe qué decir.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Tengo la cabeza llena de pájaros a menos de un mes de exámenes. Para ser sinceros no me importa demasiado, me paso las horas (re)ordenando mi lista de prioridades. Gracias a ello he descubierto que mis miedos han caído casi a la altura de la bolsa y que a cambio, mis sueños duplican el valor de sus acciones a una velocidad que no soy capaz de asimilar. Así que todos los que tenéis alguna espero que os sirva como dosis extra de optimismo, especialmente que te quedaste con más del cincuenta por ciento y a día de hoy, tienes el control de mis sueños. Pero no te descuides porque me siento capaz de todo, hasta de recuperarlo. He perdido el miedo a vivir, a equivocarme, a ser feliz. Empiezo a pensar que algo o alguien hace el trabajo duro mientras yo me dedico a cerrar los ojos y desearlo mucho. Y así es como se van cumpliendo, uno por uno. Ahora que lo pienso podría probar también con los tuyos y encontrar así el punto donde convergen los sueños, los nuestros...

sábado, 15 de noviembre de 2008

Sólo es cuestión de una mirada, un gesto, un guiño, una señal

Veinticuatro horas sin dormir después llego a casa al tiempo que la ciudad empieza a despertar –malditos atascos, maldita ciudad, maldita escuela-. Aprovecho como puedo las dos horas que quedan y enfilo a la universidad mientras pienso cuántas ganas tengo de acabar con este ritmo que me mata. La clase se convierte en una especie de murmullo monótono, qué ganas tiene esta mujer de hablar. Te miro y me río, tampoco has dormido y estás a punto de cabecear en la silla. Aun sonrío cuando recuerdo cómo entraste de golpe en mi vida hace ya más de cuatro años. Nos sentamos al lado la primera clase de nuestra historia universitaria, matemáticas I, y todas las que vinieron después ese primer año. Recuerdo exactamente lo que pensé de ti. A partir de ahí nos faltaron horas para compartir risas y agobios a partes iguales, para ponernos al día de nuestra vida anterior a la universidad. Hoy falta una pieza del puzzle, y nos costó mucho asumirlo, en mi caso porque me quedé sin elegirlo con el papel más difícil, en el tuyo porque fuiste la primera sorprendida. Pero el tiempo pone todo, y a todos, en su lugar.

Anoche, pese a no haber dormido, fue una de las mejores noches en mucho tiempo y mientras el taxi cruzaba Madrid no podía dejar de pensar qué va a pasar cuando todo esto se acabe y vuelvas a tu ciudad, algo que tarde o temprano va a suceder. Y no podemos dejarnos absolutamente nada por hacer, así que vamos a empezar ya...

domingo, 9 de noviembre de 2008

El problema no es dejar sino el vacío que se crea entre dejar y asimilar

Aún hay gente que piensa que estamos juntos, no se dan cuenta que hace años que dejaron de brillarme los ojos al mirarte. A veces lo hago y no puedo evitar pensar cómo sería todo de distinto si nunca nos hubiéramos roto el alma en pedazos. Me creí incapaz de recomponerla, pensando que algunos se quedarían por ahí perdidos, y olvidados dejando espacios vacíos, culpables de que nada, empezando por mí misma, volviese a ser igual. No he querido a nadie como te quise a ti y nunca me importó nada de lo que el mundo tuviese que opinar. Me quisiste primero y me enseñaste a quererte después, con la dulzura y la paciencia infinita de la primera vez. Y casi sin darme cuenta dejé de respirar mi aire para respirar el que tú respirabas, y sólo el que tú respirabas. Dejé de pensar primero en mí para que tú fueses la única prioridad. Me pilló de nuevas, sin haber aprendido todavía que no se puede ir por la vida dándolo todo sin una coraza que te proteja cuando se tuerzan las cosas. Me quedé sin fuerzas hasta para soñar mis sueños; soñaba los tuyos. Y de la noche a la mañana tuve que aprender a vivir sin ti, en una lucha que yo creía perdida de antemano. Enfermé de tristeza. Sufrí con todas mis fuerzas, como sólo sufren los que aman con todo el alma, sin reservas, sin armaduras que valgan. Pasé noches buscando con verdadera desesperación la manera de recomponer una historia destrozada. Y me quedé sin lágrimas al mismo tiempo que descubrí que no había más cuerda de la que tirar porque hacía tiempo que estaba rota. Egoístamente nunca me paré a pensar si yo habría dejado en ti el mismo vacío que tú dejaste en mí. Tampoco te lo pregunté. Me dediqué a odiarte con todas mis ganas, me odié por haberte querido alguna vez, y mucho más por no poder dejar de hacerlo. Me volví a equivocar y con el tiempo le gané la batalla a mis recuerdos. Hoy es una etapa más de mi vida que está completamente cerrada. Y superada. Hemos aprendido a convivir marcando unos límites que nunca pactamos pero que los dos conocemos. Y aunque no te lo digo, deseo con toda mi alma, de nuevo intacta, que seas feliz. Pero sigo preguntándome por qué, casi tres años más tarde, soy incapaz de quedarme con lo bueno dejando que sean los malos recuerdos los que hagan sombra y empañen la historia.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Enséñame tus manos

- Te podria describir cómo es tu mano y las lineas...sin mirártelas...
- Tengo millones de líneas...
- Seguro que tienes las tres líneas principales muy marcadas... ¿eres diestra?
- Sí.
- Vamos a hacer una prueba a ver qué pasa... mírate la mano derecha, a ver si es así, mano pequeña ¿verdad? Tienes tres líneas principales, la de arriba es la emocional, seguro que está muy marcada, profunda, quizá con algun tipo de trazado, y acaba justo debajo del dedo corazón pero en vez de hacia arriba más bien recta hacia el final...
- Sí, muy marcada y con trazado, más o menos recta sí...
- Justo lo que esperaba... La emocional era fácil, porque eres una tía con una gran intensidad emocional, muy muy sensible, y tiendes a la inestabilidad emocional y a no expresar los sentimientos... vamos a hacer otro intento a ver si acierto... ¿ves dos líneas más? otra horizontal a mitad de la mano, ésa es la línea intelectual, y otra que genera casi un cuarto de círculo en torno a la base del pulgar, la de la vida.
- Sí, la intelectual y la emocional casi paralelas, la otra la veo también...
- Espera, sin pistas. La intelectual para empezar está muy marcada, e inclinada... formando un ángulo con la horizontal, ¿30 grados más o menos?
- Más o menos...
- Y en su comienzo está unida a la línea de la vida, de hecho están muy cerca...
- Unidas...
- ¿En todo su trayecto?
- No, al comienzo sólo...
- ¿Están cerca?
- Más o menos... no sé cuánto es cerca para ti...
- Me lo imagino, a grandes rasgos esto es: eres una tía con inquietudes intelectuales, dependiente de la gente, no demasiado, pero te gusta tener a alguien cerca, precavida por lo general... y creativa.
- Sí, bueno, bastante precavida...
- Más... a lo largo de la línea intelectual, más tirando al final, juraría que sale una línea más pequeña, una especie de bifurcación.
- ¡Salen muchas líneas! Tengo la mano llena de líneas... ¿al final para la derecha o para la izquierda? ¿Hacia arriba o hacia abajo?
- Hacia la izquierda y hacia abajo, la tienes seguro...
- Sí, hacia la izquierda y hacia abajo sí, es enorme y está unida a la emocional...
- Eso esperaba... es la línea del escritor.
- En realidad en vez de tres líneas, tengo cuatro muy marcadas, como una M.
- Ya, eso creía... más cosas, mírate el pulgar. En lo que tú consideras el final del pulgar, donde empieza la palma ¿ves una especie de trencita?
- Sí...
- Eso está bien, das importancia a tu familia, a tus raíces... ¿ves que el pulgar tiene dos partes? No estoy segura de cuál tienes más larga, diría que la parte de abajo, pero no puedo afirmarlo con rotundidad...
- Un poco más la de abajo, pero no mucho más, casi iguales.
- Lo sabía, ¡soy bruja!
- Lo que estás es loca...
- Supongo que todo este volcán emocional que tienes lo intentas ocultar, tendrás las uñas más o menos decentes ¿no?
- Sí, más o menos decentes...
- Los dedos... diría que para tener una mano pequeña no tienes los dedos pequeños.
- Bueno, más o menos largos dentro de la pequeñez...
- Tal y como esperaba, tiendes a acabar las cosas que empiezas... no eres tan eficiente como la gente de dedos cortos pero te tomas tu tiempo para terminar lo que empiezas.
- ¿La gente de dedos cortos es más eficiente?
- No es eficiente la palabra... son capaces de hacer más cosas a la vez, más rapido... aunque un poco más chapuzas. A ver, acércate la mano... ¿tienes algo torcido el dedo corazón hacia el dedo índice?
- Un poco torcido, pero no mucho...
- Bien, orgullosita... ¿Tienes el dedo anular un poco torcido?
- Un poco, sí...
- ¿Hacia dónde? ¿hacia el corazón?
- Hacia el pequeñín, pero no un poco, bastante torcido.
- Jajaja, eso creía... ése es tu miedo a presentarte a concursos, porque crees que lo que haces no es suficientemente bueno.
- ¿Eso explica todos mis miedos?
- Todos no... solo los relativos al ámbito creativo. Espera, falta una cosa... ¿ves el montecito que genera la línea de la vida? En la base del pulgar, en la parte inferior derecha de la mano, ¿está mullidita no?
- Sí...
- Tampoco espera menos jajajajajajaja...
- Um... ¿eso qué significa?
- Momento de expectación... eso es... gusto por los placeres carnales.
- Jajajajajajajajaja.... entonces no tan mullidita... empieza a incomodarme la situación...
- Todo se sabe... nunca lo había hecho a la inversa, es toda una experiencia... por último, ¿tienes unas líneas horizontales en el perfil izquierdo de la mano? En la parte media-baja...
- Sí, tengo mil, cortitas y horizontales, a lo largo de todo el perfil...
- Lo suponía... significa que no te gusta la rutina, que necesitas que cada día sea distinto al siguiente,y que te gusta viajar.
- Bueno, bueno...
- No está mal para conocerte de cuatro días... mañana te enseño la mía para que veas que no todas las manos son iguales.
- Me muero de ganas de comprobarlo...

Y así es como ayer mis dudas acerca de la quiromancia fueron menos infinitas... Ahora, descuida que te deje hacerme también un análisis grafológico, y no tendré nada más que esconder.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Tu me manques

Lo pensaba mientras llegaba tarde a buscarte. Los aeropuertos, esos sitios en los que si miras atentamente descubres lo difícil que es para las personas cargar con el peso de las emociones. Por cuestiones del destino llevo a la espalda muchos momentos de aeropuerto, cortos y largos, dulces y amargos, de reencuentros y de despedidas. Es un lugar que me produce infinitas sensaciones, se agolpan los recuerdos y siempre consiguen que me invada la nostalgia. Me cuesta poner en palabras el escalofrío que me recorre cada vez que camino por los pasillos de Barajas pensando en la cantidad de historias que fluyen por cada metro cuadrado.

Vienes volando, y volando otra vez te vas. Cuatro días reducidos a dos en los que mientras nos ponemos al día desde la última vez que nos escribimos aprendes a descifrar los misterios de Versalles y La Tourette de la que desconocías hasta el nombre. Revuelves toda la monotonía de mi vida... me quedo sin segundos libres... me escribes en los márgenes de los apuntes para que no me olvide. Ha dejado de ser un drama para convertirse en parte de la historia. Y quizá por eso disfruto más cada momento. Vuelve pronto, anda.

domingo, 26 de octubre de 2008

Aunque tú no lo sepas

Quiero encender los lunes en tu espalda... y una tormenta después. No hay mucho que hacer, aparte es estar despiertos en la cama, ya pueden caer las torres de Manhattan... comernos a besos y marcar con mis huellas digitales cada milímetro de tu piel para que puedan acusarme con todos los cargos cuando pequemos de vicio al traspasarnos una y otra vez. Como me traspasa tu mirada de arriba a abajo, frente a la mía de abajo a arriba, mientras besas mi frente que queda justo a la altura de tus labios. Ellos, que son protagonistas de mis sueños con cita una vez a la semana y asombrosa puntualidad una y otra vez. Semanas que se pasan a la sombra del teléfono esperando oír sólo lo que quiero escuchar y nunca vas a decir. O leer algo parecido en un mensaje de madrugada, ésos que dicen cosas de las que (haces que) te arrepientes por la mañana. La mañana, subo la ventana, la calma, caricias, tu respiración… tu almohada, tus ojos, tu mirada... dejemos que la luna se quede esta vez a mirar. Y abrázame después hasta que duerma, y cuando suspire retírate a tu espacio, para que el más dulce de los escalofríos me despierte en medio de la noche cuando me abraces de nuevo. Y que sea porque no puedes dormir porque siempre estás soñando, en invierno con el sol... con las nubes en verano. Convertirme por derecho en protagonista absoluta de todos tus sueños, como lo son tus besos de los míos, y que lo recuerdes todo al despertar mientras disparas contra las manecillas del reloj al que maldices por ser el único culpable de trasladarte sin piedad al mundo real. Culpable como yo de estar enganchada sin remedio a una historia que continúa complicándome la vida de manera proporcional a la rapidez con que avanza el tiempo. Complicándolo todo porque tienes el don de la (in)oportunidad más irresistible que conozco, tan cierto como que conocerte es lo mejor que me ha quedado de la decisión más dura a la que me he tenido que acostumbrar. Como me he acostumbrado a que no juegues para no perder, a que hagas trampas para no ganar... a que no nos besemos para no soñar. Para no soñar con cada momento vivido que recuerdo, recordamos, con sorprendente nitidez mientras todo sucede exactamente al revés, mientras yo busco de forma inconsciente tu olor en otros nombres y otros cuerpos, mientras agoto mis esfuerzos en evitar que el pasado me alcance de nuevo. Y tú... tú lo arreglas diciendo que te vuelve loco mi sonrisa, y entonces sonrío mientras pienso cuánto te gusta que sonría, y todo se mueve en torno a un círculo de perímetro que tiende al infinito. Como al infinito tienden las ganas de eliminar el pegamento para que, si nunca vuelves, el mundo se caiga en pedazos, como los de las almas rotas, que si no se reparan a conciencia, nunca vuelven a cicatrizar, nunca vuelven a ser las mismas, nunca vuelven a confiar. Ojalá tuviera el valor de decir(te) que no pasa nada, que puedo esperar hasta que tú te des cuenta de la mitad de estas cosas y vengas a buscarme... pero no puedo estar esperando siempre y prefiero no mentir(me) hasta mañana, cuando vuelva a intentar convencerme por enésima vez de que tengo mil razones más para olvidarte que para esperarte.

jueves, 23 de octubre de 2008

Me gustas casi todo. Me gustas casi nada.

Me encantas cuando te mueves, cuando andas, cuando vas o cuando vienes. Cuando sonríes, cuando me miras, o cuando miras fijamente a algún lado. Cuando me preguntas, cuando dices que es imposible, cuando te dejas abrazar. Cuando me miras si estoy de espaldas, o cuando se te ocurre pensar en mí. Cuando preguntas cómo estoy o cuando te pones seria porque piensas en otro tipo. Cuando dices que estás agobiada y hasta cuando vienes con cara de no poder más. Cuando dices que estoy loco y cuando te ríes conmigo, cuando flipas porque te acompaño hasta casa, cuando te agobias porque estoy colgado.

Siempre.


Dónde están las palabras cuando las necesito... otra vez esa sensación de estar buscándolas en un diccionario incompleto.

domingo, 19 de octubre de 2008

Paradojas

Quizá algún día encuentres a la personaespecial, al medio cítrico que dicen por ahí que todos tenemos en algún lugar. Quizá nunca la encuentres y te conformes con otra. Incluso puede que ya la hayas encontrado y que al girar el mundo en un sentido absurdo, las circunstancias siempre hayan estado en contra. O que la hayas encontrado pero, por la misma razón, tú no seas su personaespecial. Puede que viva en el otro lado del mundo, o quizá existió en otro siglo. O más duro aún, puede que esté ahí, a tu lado, y nunca te des cuenta.

Pero, ¿quién dice que no somos compatibles con más de una persona? ¿Qué nos hace pensar que entre más de seis mil millones y medio de personas hay que estar buscando sólo a una? Y contando con que exista, puede que el destino se comporte y te lo ponga en bandeja, o puede que sea caprichoso y te gane la partida sin ninguna opción, y en ese caso la solución sólo pasa por decidir si merece la pena plantearse lo difícil de encontrar esa personaespecial… Y si lo único constante en nuestra vida es el cambio, con lo paradójico que eso resulta, quizá haya una por cada etapa que vivimos, hoy , pero mañana él... y qué más da, si a veces nos olvidamos que sólo somos expectadores (del verbo to expect, esperar en inglés) y que si nunca aparece puede que sea porque el destino ha permitido que tu media naranja haya sido erróneamente seleccionada para llenar una botella cualquiera de zumo.

N.A. Pido encarecidamente perdón por haber escrito el post más cursi del mundo... no sé qué me pasa hoy, será que es domingo y todos tenemos algún que otro día tonto...

miércoles, 15 de octubre de 2008

Staring at the blank page before you, open up the dirty windows, let the sun illuminate the words that you can not find... reaching for something in the distance, so close you could almost taste it, release your inhibitions. Feel the rain on your skin, no one else can feel it for you, only you can let it in, no one else can speak the world on your lips... drench yourself in words unspoken, live your life with arms wide open, today is where your book begins...

...the rest is still unwritten.

martes, 14 de octubre de 2008

El 28 (desde París)

*[…] Y volví a descolgar una vez más para llamar a Sara. Lo toma (¿lo toma? Lo coge Patri, lo COGE, que aquí ese verbo no significa lo mismo) su padre, le digo quien soy, y me dice que va a buscar a su hija, pero que no sabe dónde está (para variar… mi familia, ya sabes). Oigo "¿es para mí??" y me oye y estalla de alegría (parecía no haber teléfono y que estuviera ahí al lado). Me habla de él, de los findes en MadriZ, de entregas miles para la facultad y de demasiadas pocas horas sin dormir en estos últimos cinco años. Venga ánimo, un año y medio más y se acabó (yo sí tengo eÑe). Le cuento cómo fue, que estoy buscando trabajo, las citas para ver algunos pisos, y que soy feliz… ah, y que vuelo el veintiocho (lo que yo decía, más de pasada imposible). Entonces sí que fue genial, empezó a reír loca de contenta (bueno, ya había notado yo que había sido un poco descontrol) y me dieron ganas de decirle "que nooooo que es broma, te lo has creídoooo!" (ya estamos…um), porque es muy gracioso cuando se lo digo, y aun así siempre pica, (siempre siempre la verdad… creo q soy inocente de más) se mosquea un poco pero se acaba riendo, es realmente divertido (a mí no me lo parece tanto, rubiales). No me reprochó el tiempo que había pasado desde mi última llamada, sólo repetía: "¡dos semanas! ¡dos semanas!". Colgamos y en seguida me pregunté por qué no la llamaba todos los días.


En dos semanas se abatirá el mapa y trapichearemos por las calles del centro como las que más, y dejaré de hacerme esperar y resentiré el buen rollo de tenerte cerca. Hasta pronto Sari.*

domingo, 12 de octubre de 2008

El 28 (desde MadriZ)

Día de noticias infinitas desde la Ciudad de la Luz, hoy un poco menos lejos. - ¡Llevas todo el día hablando por teléfono! – oigo protestar a mi madre desde algún lugar indeterminado de mi casa. - Mamá, es desde París – contesto a modo de excusa, como queriendo explicarle que no puntúan igual las llamadas con quien está a veinte minutos andando de casa que cotorrear con quien está a más de dos horas de avión. La primera llamada, como todas las conversaciones contigo (últimamente más a menudo, pero creo que nunca ha importado cada cuánto), tú con tus ganas insaciables de hablar... y yo de escuchar. Y más ahora, que todo es nuevo y siempre has sido de fácil sorprender. Y a mí que me encanta que hablemos detodoydenadaalavez, sin hacer nada por evitar la sensación de envidia sana. Te noto genial, como niño con zapatos nuevos, pero literal, que algo (o mucho) de niño tienes, no vamos a negarlo a estas alturas de la película. La segunda llamada también ha empezado como todas, tus novedades y las mías, miles de risas, y recuerdos como siempre (¿has notado que siempre que hablamos recordamos cosas?) Y así, casi de pasada, casi sin darle importancia, la mejor noticia del mundo: - Llego en dos semanas. Pongo mi mejor cara de póquer, que obviamente tú no puedes ver. En cambio, escuchas: - ¿Perdona? ¿qué has dicho? Se ríe la muy cabrona, y repite: - Ayer saqué el vuelo, el día 28 estoy en Madrid. Empiezo a reírme sin control, no sé por qué, supongo que no lo esperaba, quizá porque llevaba toda la semana pensando que tres meses era demasiado tiempo hasta nuestro próximo encuentro. O quizá porque no me salían las cuentas para volar hasta allí sin llevarme por delante entregas, parciales y demás tonterías que me quitan el sueño. El día 28, perfecto. Más de dos meses desde que nos despedimos, rápido y de mala manera, en una estación de tren llena de gente y a dos minutos de salir rumbo lejos_de_mi_lado. Y tarde, como siempre (nunca me han gustado las despedidas, y últimamente, demasiado presentes) De repente, el caos: tú vienes el 28, yo voy en noviembre, tú vuelves en diciembre, y nos vemos en enero... volvemos a ser las dos de siempre, haciendo planes a corto/medio/largo plazo, eso qué importa... Hasta las suelas de mis zapatos te echan de menos.

A los dos, que habéis hecho de éste un domingo atípico, nos vemos pronto, prontísimo.

jueves, 9 de octubre de 2008

Personal (e intrasferible)

Soy más fuerte de lo que piensas, más fácil de lo que piensas. Ni negro ni blanco, entre los extremos siempre hay más espacio. Si tú quieres, yo no. Si yo quiero, pues tú no. Desbordantes ganas de vivir, cientos de sueños y deseos a cumplir, una montaña rusa emocional. Soy un millón de besos que no me dio tiempo a darte aquella vez. Y otros tantos motivos que me sobran pero me faltas tú sobre la cama. No soy ni contigo ni sin ti, y puedo decir que esta maldita paradoja me puede sólo a veces (¿puedes decirlo tú?) Esquinazo constante a mis ganas de fingir, a cualquier excusa es buena para abandonar. Soy cobarde e indecisa, y de disculpa fácil, pero no me des la razón si los dos sabemos que no la tengo. De (son)risa fácil, muy fácil, demasiado fácil. Soy la parte de tu destino que se quedó conmigo, los pedazos de una historia que nunca estuvo entera. Soy mi reflejo en tu mirada, mi vida a través de tus ojos. Los primeros acordes de esa canción que hace que recuerde tu cuerpo y olvide los nombres. El olor de tu cuello que he secuestrado sólo para dormir mejor. El Tiempo que se para (literal) si estás cerca, un escalofrío si me tocas, rojitas las orejas si me besas. Soy la búsqueda de la palabra exacta en un diccionario incompleto. La falta que me haces y las cosas que nunca te digo (porque tú también eres un cobarde y podrías asustarte). Soy la mirada que se aparta aunque me pilles una y otra vez. La última entrega de la colección de puestas de sol y lunas llenas que guardo para ti. La canción que suena una y otra vez en mi mp3 y después resuena sin parar en mi cabeza. Soy el ímpetu que le pongo a frenar las ganas de verte otra vez, de evitar lo inevitable, la magia para olvidar lo fácil que se olvida. Un movimiento fuera de tiempo. Soy aprendiz de técnicas para olvidar algo que nunca tuvo lugar, y cómo se consigue eso…

lunes, 6 de octubre de 2008

Fiebre del sábado noche

Tras dos días en cama y con un paquete de clínex cual prolongación de mi mano, ¡vuelvo a respirar! Qué sencillo parece (pese a que alguien me dijo una vez que no lo hacía bien) y la tortura en que se puede convertir cuando el ejército de virus que dominan MadriZ me ha elegido entre los seis millones de personas, como la víctima perfecta, así pequeñita, con las defensas (y otras cosas) a flor de piel… claro, se ve de lejos que soy de oponer poca resistencia, que dirías tú. No mejoro ni gracias a todo un arsenal de paracetamoles y antitusígenos (viva la industria farmacéutica) que o son de efecto retardado, o los virus en cuestión la han tomado conmigo, pero empiezan a sucederse daños colaterales y en mi familia van cayendo uno por uno. No quiero pensar que tengo nada que ver, pero ellos opinan todo lo contrario, y creo que están planeando ponerme en cuarentena.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Perspectivas (II)

No lo sé.
Y miento al decir que no quiero saberlo.

domingo, 28 de septiembre de 2008

Volvió el Tiempo a mi reloj


¿Me está convirtiendo el Tiempo en una puerta imposible de franquear? ¿en qué momento he decidido que merece la pena perderme tantas cosas sólo por lo que pueda pasar, sólo porque luego vaya a doler? ¿a qué tengo miedo, a reír y a llorar luego? ¿no es eso un poco la vida, dejar de estar de paso, dejar de vivir entre líneas, tener algo que recordar? ¿estoy real y completamente desengañada? ¿cuándo me volví tan egoísta como para no importarme hacer daño mientras sea yo la que en ninguno de todos los casos posibles salga perjudicada? ¿dónde se ha quedado la presunción de inocencia, el margen de confianza? y si eres tú el que me hace replantearme mis esquemas, íntimamente aceptados desde hace tiempo, si eres tú el que se ríe y me dice que esto no funciona así, que esto del amor lleva su ritmo y hace y deshace a su gusto, que no se puede estar siempre echando el freno… si hasta te permites el lujo de decirme que torres más altas han caído… y si realmente me lo estoy planteando en serio por primera vez en mucho tiempo ¿no será que empiezo a ganarle la batalla al olvido? ¿no será que el olvido, el miedo y yo, somos multitud? ¿no será que no hay nada que ese mismo Tiempo no cure?

lunes, 22 de septiembre de 2008

SinConPasión

He recogido uno a uno los pedazos sueltos de esta historia, los he arrugado y los he lanzado con remordimiento ecológico por la ventana. Sí, por la ventana, para no volver a verlos jamás, que si los tiro a la papelera es probable que en cuanto me descuide vuelvan a pulular por aquí. Y las cosas si se hacen, es para hacerlas bien. Así que con las mismas he decidido que ya está bien, que cuanto más lejos mejor, que a partir de hoy me importa(rá) menos cada día. Y ya que me he levantado con el valor subido podré decir que todo era mentira, que no había nadie para comparar la situación, igual diré que es una coincidencia, que no tengo nada que ver... pero eso sí, con la boca pequeña. No es que me arrepienta, pero cómo puedo tener tanta cabeza para unas cosas (bip bip) y después verlas venir y esperar sentada. No sé cuanto va a durar este repentino ataque de valentía, pero por lo menos tendrás que reconocerme el (enésimo) intento y dejar de decir que pienso mucho, hablo poco y resuelvo menos -que no digo que te falte razón-. Hasta aquí asunto zanjado, así que ya sabes, orgullosa de mí hasta el infinito.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Un miércoles cualquiera...


...decidí volverme loco
y de rebote me coloco en tu escalera,
y amanece que no es poco

y no te toco... para que no me duela.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Sobre lo que quiero

Quiero viajar a la India, Nueva York, Japón, Brasil y Rusia por este orden. Quiero que abandones pronto París y vuelvas a MadriZ. Quiero sacarte de mi cabeza y olvidar esta historia de una vez (o quizá no). Quiero aprender a decidir sin pensar en las consecuencias. Quiero acabar la carrera e independizarme cuanto antes. Quiero irme fuera y que cuando vuelva, todo haya cambiado, yo haya cambiado. Quiero seguir riendo por todo como hasta ahora. Quiero que te sigas sorprendiendo como hasta ahora. Quiero que sigamos haciendo millones de planes, a largo plazo, como hasta ahora. Quiero dejar de morderme la voz por lo que puedas pensar. Quiero un beso de película cada mañana. Quiero recorrer tu piel hasta aprender cada recodo de memoria. Quiero cumplir cientos de propósitos y que no se queden en éso. Quiero arriesgar y acertar. Quiero que nunca desaparezca la niña que llevo dentro. Quiero que siempre estés ahí para sujetarme si me caigo. Quiero, por una vez, ser irracional hasta la médula, olvidarlo todo, enamorar y enamorarme...

Y sobre todo, lo que quiero es que un día cualquiera, no sé cómo, ni con qué pretexto, por fin me necesites. Y tenerte cerca toda la vida, que se acaben por fin las despedidas.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Un día como hoy

Me encanta levantarme de la cama y que no-haya-nadie en casa. No es que tenga mal despertar pero hay dos de los tres miembros de mi familia que se despiertan con las ganas de hablar acumuladas. Y yo me tomo el tiempo necesario para beberme sin prisas un café corto de café y con leche fría en mi vaso de toda la vida que alimente mis energías de efecto retardado mientras me dedico a pensar en las de sobra conocidas musarañas. Cualquier palabra anterior a ese proceso no hará más que aumentar mi ya consolidada y familiar fama de borde, que todo sea dicho, ganada a pulso durante años. Pero la cosa cambia considerablemente si con el que coincido de buena mañana es con mi padre, somos iguales, qué le vamos a hacer. Buenos días en el mejor de los casos, y cada uno de vuelta a sus musarañas, con la radio como sonido de fondo, y generalmente interrumpido por uno de los otros dos seres con ganas desbordantes de conversar. O incluso por los dos, y pasar en segundos de un estado de sopor y tranquilidad a un completo caos de crecimiento exponencial... Así que un día como hoy, que me despierto y remoloneo en la cama durante más de cien minutos, que me tomo despacio mi café (sí, mamá, con leche fría...) y no tengo que contestar al mismo batallón de preguntas de todos los días... seguro que va a ser un buen día.

Seguro.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Me gusta cómo eres



Como la calle que siempre me lleva a ese sitio al que quiero llegar
como ese bar en la carretera en el que me paro a descansar
como esa patria sin bandera en la que me siento libre
...me gusta cómo eres.


Quería escribir sobre ti, sobre mi, sobre nuestra recuperada relación... y empezó a sonar esta canción. Casualidad o no, no podía sonar otra mejor. Es sólo una forma de decirte que te he echado de menos. y yo nos entendemos bien...

sábado, 6 de septiembre de 2008

¿y tú?

- ¿Tú qué te crees? Tengo un funcionamiento del 99%.
- ¿Y el 1%?
- Bailar, que no se me da bien.
- ¿Sólo se te resiste bailar? No está tan mal, un 1% es un
error más que aceptable...
- Bueno, y las integrales triples, y el chino mandarín... pero todo entra en ese 1%... ¿y tú?
- Bastante más, por lo menos por lo menos... un 10%.
- Yo también ¿eh? Lo que pasa que con esto de que
intento seducirte... (sonrisas)
- Ya, y yo que me dejo...

viernes, 5 de septiembre de 2008


Hoy me han regalado una bolsa de plástico llena de pétalos, brillantina dorada y demás ¿elementos? que no acierto a ponerles nombre. La historia es que se le presupone el poder de cumplir un deseo, y aún no lo he pedido. No sé si porque necesito demasiados o porque no necesito ninguno...


Vuelta a las clases con síndrome post-vacacional acentuado.

martes, 2 de septiembre de 2008

Esta noche me he sentado a escribir como cualquier otra noche sólo para descubrirme incapaz de construir dos frases seguidas con sentido. Últimamente he vivido más momentos intensos de los que por derecho me corresponden y eso me seduce y me bloquea a partes iguales. Tengo tantas cosas que decir que no sé por dónde empezar, no le encuentro el hilo conductor a lo que siento. Hoy sólo soy un puñado de sentimientos contrariados que me recuerdan que una no puede controlar la dirección del viento, pero sí orientar las velas. Y me ha entrado un agobioquetecagas.

viernes, 29 de agosto de 2008

Sobre lo que siento

Extraño comienzo Risas Conversaciones trascendentales Nadie dijo que fuera fácil Cómo te lo digo Tú a París… yo a Madrid No encuentro el momento oportuno ¿Estás enamorada de él? Ni contigo ni sin ti Dime que todo va a salir bien Las razones del corazón Nada va a cambiar El misterio de las ensaimadas No tengas miedo Curso de inglés Amores que apestan a verano Sé que te duele, pero es mejor así Sin prisas Margot Momentos inoportunos ¿Nunca has jugado a las palas? Mejor que en cualquiera de mis sueños Si no es con él que no sea con nadie Qué mayores estamos Pongo un circo y me crecen los enanos Duerme el mundo Haberlos, háylos MarcianitoVSmemoria de mosquito Cada día que pasa es uno menos ¿Lo ves? Te lo dije Morena mía Alucinancia Creciendo a marchas forzadas Haciendo un pulso cabeza y corazón ¿Cogemos un barquito? Las cartas sobre la mesa Dondinario, Pataria y demás Molestas inquilinas Es que no puedo escribir Sólo a medias ¿Te acuerdas? Nací en el Mediterráneo Complicado el cubo de Rubik Más cerca de los Beatles que de tus discos de jazz ¿Te lo he dicho alguna vez? Por tu culpa Fuegos artificiales Malditos códecs Contexto equivocado Hoy me he quedao pillao al verte Aproximaciones El Maestro Tofi Pide un deseo ¿Qué haría yo sin ti? Nada… lo mismo que yo sin ti Años luz Como dos gotas Pinturas rupestres Siempre soñamos que vuelva a pasar y hoy, que no ocurra más Tabarca Lo vi, y era para ti Estás cambiando No hay tiempo ni lugar Todo el día imaginando un momento parecido a éste ¿Qué sientes? No llores más Mil motivos Nunca te lo diría Sin aliento Sin nadie Nunca nos volveremos a ver Rebolear las patas No dijiste nada Lluvia de estrellas Si tú no lloras La calma, caricias, tu respiración Y qué hago yo con un millón de besos A esta misma hora hace justo un año Mis adorables sobrinas A ver cómo te digo eso Qué difícil es todo Un toque de canela No pensar en mañana Cómo has cambiado Sin excusas, sin calificativos, sin complicaciones Desde hace tiempo, si me permites, todo va fenomenal Disfrútalo A partir de aquí todo es mejorar No me importa nada El pasado te alcanza Soy un cobarde Tu puedes todo y más En Barna todos tienen vespa Ya te echo de menos y aún no te has marchado Echar a correr Lo más parecido a un te quiero Si tú me miras No quiero que te vayas La angustia de saber que es la última A love song Siempre estás soñando A la vuelta de la esquina Vivir mi vida que es sólo mía La despedida más corta del mundo Y no te pude decir todo lo que te quiero Mira en la despensa Por muy muy tontos que se pongan los kilómetros A ti… nos vemos en nuestro MadriZ...

domingo, 8 de junio de 2008

Sin más

Y dónde, en qué momento, en qué palabra,
se deja de querer,
y dónde, en qué lugar, por qué razón,
se deja de sentir...
Y dicen q se va... sin más.


Sin más. Que se va sin más. Que un día te levantas y ya no sientes nada, no echas de menos nada, no le necesitas. El resultado de una larga agonía en que la sensación de vacío deja paso al alivio como final (in)feliz y a un puñado de promesas escondidas bajo una coraza inquebrantable, que acabará desmoronándose una vez más. Como aquella vez... y aquella otra... y todas las que vendrán. Piénsalo, seguro que no es la primera vez. Y casi con toda la certeza, tampoco será la última. No se puede vivir siempre inventando excusas para evitar querer -y que te quieran-. Improvisar resulta agotador, y un día te sorprendes sin saber qué responder...y sólo queda rendirse de nuevo.

Nadie dijo que fuera fácil sacudirse de encima el pasado. Que el dolor cuando es por dentro es más fuerte. Necesitas una dosis extra de paciencia y que tu espacio, ése que se ha visto reducido durante años a la mitad, recupere su medida y se acomode, despacio, a tu nueva vida. Quédate con lo bueno, y olvida lo demás; estoy segura que es el mejor comienzo. Pero ármate de valor y de fuerza, el camino es largo, y sobre todo irregular e impredecible.

Y, hazme caso, estoy segura que a la larga sales ganando.

martes, 3 de junio de 2008

Bienvenida a casa

Hace poco llegué a la conclusión de que inconscientemente dividía mis situaciones en dos tipos de momentos, los que eran capaces de cortarme la respiración y los que no. He de reconocer que los primeros son muy fácil de identificar por lo inequívoco de sus síntomas, pero sobre todo porque sólo con ésos y nada más que con ésos, me sorprendo con la capacidad de recordar durante años cada gesto, cada mirada, cada sonrisa, cada palabra que los componen. Ese recuerdo sigue provocando en mí el mismo efecto que en el momento real, y así, mientras ordeno a las mariposas devolver el nudo a mi estómago, te incluyo en mi (ya extensa) colección de buenos recuerdos. Y no creas, no se trata sólo de recuerdos importantes, de grandes amores, de fechas inolvidables, sino de todos esos momentos, incluidos los de mi vida más cotidiana, que consiguen por un instante que me de un vuelco el corazón. Basta una sonrisa en la escalera, una llamada inesperada, una nota en mis apuntes, o una cervecita unida a conversación trascendental con mi otra mitad en ese lugar tan especial y que tanto me recuerda a ti.

martes, 27 de mayo de 2008

Me falta el aliento

He descubierto que para el tiempo hay más medidas que las que da el reloj o el calendario. Que he confundido las demostraciones de amor con el amor, y el amor con la rutina. Que la felicidad en pequeñas dosis sabe mejor, si no, se atraganta. Que las medicinas no sólo se venden en las farmacias... (tú eres mi envenenada medicina)

He aprendido a pensar menos unas veces, más otras. Que a mí me ocurren las mismas cosas que a todo el mundo, pero no sé por qué, me afectan más. Me he repetido todo el tiempo lo que quiero acabar creyendo y de tanto repetirlo (y repetírtelo), se va a acabar volviendo verdad. Y eso que está aquello de ten cuidado con lo que sueñas que a veces hasta se cumple... Todo es cuestión de actitud. Y no se puede vivir inventando excusas a tiempo completo; en algún momento se acaban los argumentos y descubres cuántas cosas te has perdido en la lucha contra no-se-qué que te has empeñado en frenar contra viento y marea.

Que ha sido un año duro, el que más de los que puedo recordar, pero igual de intenso en lo malo que en lo bueno; los momentos malos, malísimos, pero los buenos... de los que no se olvidan. Y hasta eso es como todo; después de la tormenta siempre llega la calma, y sólo queda parar, retomar el aliento, y continuar. Hacia atrás, ni para tomar impulso, que diría mi madre. Puedo decir que he vuelto a mi vida de siempre, la que nunca debí abandonar, porque se me estaban olvidando mis sueños, y hoy, a mis veintidós recién cumplidos, he decidido que vale la pena equivocarse y correr el riesgo de acertar.

Con respecto a ti, y ahora que vas a estar otra vez aquí... cuántoteheechadodemenos.



Felices 22.

domingo, 25 de mayo de 2008

Cada mañana

Te buscaré mucho más allá de lo que exige el tiempo
Y dormiré en cualquier lugar, con quien me deje hacerlo
Y besaré todas las bocas intentando demostrar
Que sólo existe una...
Y en mi delirio arrastraré todas las cosas buenas
Hasta fundirlas en papel y hacer que den la vuelta
Y enroscarte en una idea hasta verte agua
No dibujarte
No dibujarte
Tal vez tratar de emborronarte…
Imaginarte hacia delante
Recuperarte en cualquier parte
Dilucidar qué es importante
Lo que mi furia considera indispensable
Y en el fragor de la batalla
Poder ponerte cualquier cara
Y en fin, decir que estoy seguro que el pasado no te alcanza…
No te alcanza
Te inventaré
Te inventaré en cualquier mirada
Cualquier gesto
Cualquier cama…
Te inventaré cada mañana

martes, 13 de mayo de 2008

Tan iguales y tan distintos

Lo nuestro ha sido una relación extraña, lo reconozco. Algo así como amor-odio. Separados pero tremendamente unidos, más veces enfrentados que apoyándonos, nunca estuvimos de acuerdo en nada. Pero siempre pensé que se trataba de una cuestión de caracteres incompatibles; somos todo lo diferente que se puede ser aun siendo genéticamente casi iguales. Por fortuna las cosas cambiaron de la noche a la mañana. Los dos maduramos, al menos un poco, supongo. Hoy es una relación única, inigualable, inexplicable, imprescindible, con la certeza por ambas partes de que eso es algo que nadie puede cambiar. Al pie del cañón, aguantando igual los malos días que los buenos, y aunque algunos sólo compartimos el momento de la cena, es suficiente para recordarme que estás lleno de vida, y para que tu energía, ésa que contamina todo el espacio que ocupas y alrededores, sea para mí como una dosis extra de adrenalina.

Me has ayudado a luchar por lo que quiero, a imponer mi opción, a restarle importancia a las nimiedades, a parar y respirar cuando me ahogo en un vaso de agua, a quererme más, a... y a... y a... y por encima de todo a recordar cuánto te necesito. Me has consolado tantas veces estos últimos meses que no encuentro la forma de agradecerte ese apoyo incondicional que tan poco he valorado en ocasiones anteriores, y que a día de hoy, me ayuda a tirar p’alante frente a lo que sea que tenga que venir. Eres el voluntario por excelencia, da igual para lo que sea: yo te llevo, yo llamo, yo lo hago, yo lo arreglo, yo lo miro, yo voy contigo... y aunque muchas veces al final te olvides, no te preocupes, la intención es casi siempre lo que cuenta. Tienes un corazón enorme, mucha sensibilidad (a veces me sorprendo olvidándolo), y adoro tu sentido del humor del mismo modo que odio que (casi) siempre tengas razón y que encuentres una teoría, poderosa o no, para echar abajo mis más que discutibles axiomas.

Sé que eres tremendamente fuerte lo que me tranquiliza enormemente, pues no sabría verte sufrir. Estoy (mal)acostumbrada a que sea al revés, a que seas tú el que me abrace con esos brazotes enormes que me abarcan casi de arriba abajo cada vez que se me tuerce la vida. Y entonces te rías y me digas que soy una enana (porque no falla ni una vez), que mamá y papá se esforzaron más contigo y bla bla bla... y yo te conteste que eres un torcido mental. Y que conste que todo esto no quita que más de una vez el día te mataría por tu peculiar sentido de la convivencia (que es nulo). Pero han sido unos meses complicados para mí y conseguiste por momentos que lo olvidase completamente. Desconozco cómo lo has hecho pero has sido el mejor apoyo. Y aunque sé que sobra que lo diga, y que aunque te lo digo poco tú lo sabes como yo, te adoro.

viernes, 9 de mayo de 2008

Punto y aparte

Frente a todo pronóstico te explicaste suficiente y bien. No es que le diese importancia pero me hizo gracia leer que tú, precisamente TÚ creías no conocerme tanto. Tú que me conoces como nadie... y lo que es mejor que eso, que me comprendes en toda mi (pequeña) dimensión, con mis aciertos y mis equivocaciones. Me hacía falta una (otra vez pequeña) explicación porque no sabía en qué sentido podía ser, y lo reconozco, me asustaba pensar que fuese en el menos bueno. No es que no me importen otras opiniones, pero la tuya...

He descubierto que hay momentos en la vida que, aunque no eres consciente hasta que no tienes la perspectiva que sólo puede dar el tiempo, resultan ser un punto de inflexión en el que lo que dejas atrás no tiene nada que ver con lo que viene después. E inevitablemente son circunstancias que te cambian de alguna manera. Sé que hoy no le doy a las cosas ni la mitad de importancia de la que le daba antes, pero me he dado cuenta que nada importa ni tanto ni tan poco, sino que depende del rasero que elija para medirlo, y que es distinto cada día, a cada rato, que cambia conmigo. He vencido un poco más mi timidez, ésa que a menudo atrancaba las palabras en algún lugar entre mi estómago y mi garganta. Hoy pienso menos y actúo más, sonrío (aún) más a menudo y si te descuidas, te invito a salir con un descaro recién adquirido. Y ¿por qué no voy a decirlo? Soy un poco más feliz cada día. No me importa reconocerlo, mi vida es sólo mía, y nadie puede hacerlo por mí. Mejor o peor, sólo puedo hacerlo yo. Y por si he acertado un poco, y era esto a lo que referías tú... no te preocupes, no pienso convertirme en otra.

(Y en otro orden de cosas, ahora que ha dejado de ser una sospecha y sé que te paseas por mi blog con el mayor de los descaros, reconozco que no me queda más que sorprenderme...¿y qué? ¿y qué? ¿qué le voy a hacer? La historia no da para más.)


Qué cosas.

jueves, 1 de mayo de 2008

Cambio botas, abrigos y bufandas por faldas, sandalias y biquinis. Viajes en coche bajo la lluvia por paseos eternos por el Retiro. Cambio el olor a humedad de la lluvia por el inconfundible sabor de la playa, del que mi memoria guarda los últimos resquicios esperando a ser renovado cuanto antes. Cambio película de acción en multicine de centro comercial por el mejor cine de autor en mi_cine_de_verano. Te cambio café a media tarde en el bar de siempre por cañita en ésa recién inaugurada terraza. E insulsa llamada de móvil por larga conversación en cualquier parque de la ciudad. Te cambio mis manos frías de mes de enero por tus brazos rodeando suavemente mi cintura. Y los fríos y oscuros madrugones en mi cama por la cálida sensación de la luz filtrándose por las rendijas de tu persiana. Y si quieres, te cambio mis miedos e inseguridades invernales por todas mis incipientes pasiones de verano.

martes, 29 de abril de 2008

Quién me ha robado el mes de abril...

Últimamente tengo la sensación de que las horas – quien dice horas dice días, semanas, meses... - pasan demasiado deprisa, y lo reconozco, es algo que me llega a desesperar. Sobre todo en momentos en los que miro el reloj y para mi sorpresa las agujas indican dos horas más de las que espero. ¿Cómo puede ser posible un margen de error de más/menos dos horas? Y no quiero que sigan avanzando, sino que se pare el mundo unos miles de instantes, suficientes para averiguar en un rato todo lo que no he sabido sobre ti en cuatro años. Dicen por ahí que si consiguiésemos movernos a velocidades próximas a la de la luz, los conceptos de distancia y tiempo cambiarían: el tiempo se dilata y la distancia se contrae. Pero hasta qué punto es eso cierto, si nadie puede moverse a la velocidad de la luz. Aunque sería perfecto: dilatar el tiempo contigo hasta límites infinitos y contraer aún más la incómoda distancia que separa tus labios de los míos. Sin duda el mes de abril más corto de mi vida, con sus 30 días y 30 noches como todos, y paradójicamente (o no) el más intenso en mucho tiempo.

...lo guardaba en un cajón, donde guardo el corazón.

domingo, 27 de abril de 2008

Hipersensibilizando


Yo terminaba un puzzle de razones para continuar y ella era la última pieza. Le pedí q viniera a un lugar desconocido y aceptó ir a mi casa. Me contó que su memoria estaba llena de olvido, son cosas que pasan...

Ni siquiera sé tu nombre y tampoco si hace falta, no me importa si me mientes... qué tal si en lugar de marcharte, te quedas hasta mañana y somos dos supervivientes.




Y al final nos hizo el sol.

domingo, 20 de abril de 2008

A ti, a mí.


A ti que te has colado
en el coto privado de mi vida.

A ti que aún no sabes
los besos que te caben en la boca,
a ti que has comprendido
que a veces el olvido se equivoca,
a ti que has preferido
vivir como si nada fuera eterno.

A ti que has detenido con un beso el reloj,
a ti que me enfermas,
a ti que eres mi envenenada medicina.

A ti que vas deprisa
por miedo a que la risa se marchite.


Y a mí, que he decidido no prestar atención
a frases del tipo: ese menda va a ser tu ruina...

lunes, 14 de abril de 2008

Canciones para el tiempo y la distancia

Quizá es esa sensación de eterna novedad, que hace que cada momento sea único, pese a ser la misma cafetería, al mismo bar, o el mismo banco cada vez. Quizá sea el consejo perfecto en el momento oportuno, mis temores en sus palabras, su risa en mis lágrimas, mi valor en su miedo a fracasar. Mis miedos más (in)confesables. O tal vez sea la sensación tan cálida que me acompaña desde el principio de los principios, ésa que siempre ha hecho presagiar que era para toda la vida -paréntesis incluidos-. Desconozco qué es exactamente lo que hace que las cosas sean como son, pero para mí está (más que) demostrado que da igual si nos separan cinco minutos caminando y dos paradas de metro, o dos mil kilómetros; la esencia es la misma. Vaya suerte que tengo de tenerte a mi lado.


Desde Madrid con todo el cariño. No es lo mismo sin ti.

domingo, 13 de abril de 2008

Perspectivas (I)

Quien quiere cambiar las cosas, busca la forma. Quien no, busca una excusa.

viernes, 4 de abril de 2008

Lo que tú quieras oír

¿Debido a qué extraño efecto los relojes marcan el tiempo más rápido o más despacio según cuánto seas capaz de disfrutar de la situación? ¿No es el tiempo algo ajeno a la condición humana, una magnitud absoluta cuya medida se supone idéntica para todos los observadores y situaciones? Porque dos horas contigo son poco más que dos minutos; y sin embargo, dos horas de una soporífera clase de estructuras equivalen a toda una vida y a un vistazo al reloj cada tres minutos con la consiguiente decepción por el lento transcurrir de las manecillas. En cualquier caso, ¿no podría ser justo al revés? Quiero decir, que cuando todo está a favor, la sensación debería ser que el tiempo pasa muy despacio, tan despacio como para disfrutar de cada momento y ser capaces de memorizar todos los detalles que permitan reproducir la situación una vez pasada. ¿Te imaginas? Algo así como conectar mi mente después al PC, cable USB mediante, y ser capaz de ver los clips de mis recuerdos, una y otra vez, tal y como los viví. Y grabarlos en un pen y prestártelo, para que sepas cuanto tiempo gasto al día para no pensar en ti. Y retocarlos con Photoshop si no me gustan, si no tienen el brillo justo, si quedan mejor en blanco y negro. Y editarlos con Pinnacle hasta conseguir que me beses si no lo hiciste, que me digas lo que quise oír, o añadirle mi particular banda sonora. ¿Te lo estás imaginando? Y mucho mejor que eso, si los momentos fuesen incómodos, superficiales, insulsos, hirientes, que el tiempo pasase tan deprisa que impidiera retenerlos, como un filtro que bloquee la capacidad de recordarlos más tarde. Sería un invento genial, sobre todo en su posible aplicación contra los malos recuerdos, ésos que con el paso del tiempo siguen doliendo como el primer día.

A ti: sueños aparte, vendrán tiempos mejores.

viernes, 28 de marzo de 2008

Cosas que he aprendido en el último año

Lo que empieza mal solo puede acabar peor, y decir no puede ir peor siempre es una p-r-o-v-o-c-a-c-i-ó-n a la mala suerte.
Puedes sentir a alguien más cerca aunque esté más lejos que nunca.
El deseo no entiende de tiempos ni de lugares.
Mucho más duro que llorar es ver llorar
(si no puedes hacer nada por evitarlo).
El dinero no da la felicidad, pero ayuda.
A veces no basta con una disculpa, y simplemente hay cosas que son imposibles de olvidar.
Una mala elección puede frustrar una vida entera.
Sonreír es una terapia magnífica contra la rutina.
El agradecimiento es la memoria del corazón.
Quien más te puede sorprender es de quien menos te lo esperas.
Puedes recordar un insignificante detalle toda la vida y olvidar el mayor de los favores en un solo segundo.
Aprender a desahogarse con alguien no es síntoma de debilidad sino de fortaleza.
Un silencio con un amigo de los buenos es tan cómodo porque elimina todo lo superfluo que supone hablar de nada.
Las palabras se las lleva el viento; a mí,
demuéstrame.
Nombrar las cosas es de alguna manera, añorarlas.


La distancia no es el olvido.

lunes, 24 de marzo de 2008

Y ay de los que se preguntan qué es lo que tiene ese rincón...

Mil cuatrocientos kilómetros en cuatro días han estado a punto de echarme atrás. Y he tenido que volver allí para darme cuenta de cuánto lo he echado de menos. Volver a esa playa que alguien tiñó del color de los recuerdos, sentir el mismo olor, el levante y la arena como si fuese ayer, y pisar el mismo suelo desgastado que llega hasta la orilla. Y mirando hacia el horizonte aún puedo escuchar las risas, el ojú, illo, aro... y no puedo evitar sonreír mientras los recuerdos se vuelven tan nítidos que podría reproducir alguna de las conversaciones grabadas en la cinta de mi memoria. De repente, los momentos se agolpan en mi cabeza como una secuencia de imágenes de una película que creía olvidada: la lluvia de estrellas más intensa que he vivido nunca, todo aquello que me confesaste durante varias noches sin apenas conocerme, los atardeceres de postal y los interminables paseos por esa playa con el agua tan fría como una conversación entre dos extraños. Y algo aquí adentro, debajo de mi camiseta, de mi piel, consigue que me sienta parte de esa escena y desee, por un momento, pasar el resto de mi tiempo en ese lugar, a medio camino entre Europa y África.

martes, 18 de marzo de 2008

Tal día como hoy

Hoy que he vuelto a soñar contigo pero me he despertado tranquila y sin ayuda del despertador; hoy que me he emocionado con una noticia, con una llamada telefónica inesperada (hay que hacerlas y no solo querer recibirlas!), aún más con una esperada, y con una película, por este orden; que he felicitado a dos personas que remueven en mí sensaciones totalmente distintas; que me has sorprendido por la cordura de tus palabras y que habéis despertado en mí una envidia sana por la inconfundible sombra del amor en vuestras caras; hoy que he acumulado mil sensaciones por centímetro cuadrado de mi piel, mientras conducía a la una y media de la mañana por una M-30 inusualmente vacía, me he sentido más viva que nunca. Y sorprendentemente feliz.

lunes, 17 de marzo de 2008

Soy lo que escribo

Primero siento el impulso, ese deseo loco de coordinar palabras y sentimientos; luego viene buscar el hueco adecuado, posponer algo ya previsto para este momento. Después armonizar mi alrededor, bajar la música, la taza de café bien cerca y poner mis ideas en orden durante unos segundos. Entonces acerco mis manos al teclado, sin tocar nada, demasiado pronto para pulsar la tecla que va a desencadenar la reflexión que delate mi estado de ánimo. Y entonces ya está, decido que verdana me viene bien y apoyo el dedo sobre la p...una fracción de segundo en la que la vida se para, y mi mundo empieza.




Mi primer post es tuyo.