miércoles, 27 de mayo de 2009

Puedo partirme y negociar la otra mitad (o felices veintitrés).

Recordaré mis veintidós por las postales que he recibido desde cada rincón del mundo en el que has estado. Por el verano que disfruté como una enana de principio a fin, y te descubrí, nos descubrimos, aún más (si cabe). Por un septiembre de despedidas, otra vez. Por la llamada al móvil de tu madre en la que tú cogiste el teléfono para decirme que ese cinco de octubre ya estabas en Madrid. Por haberme acostumbrado a tenerte lejos, y aún así seguir recibiendo cada email con la misma ilusión que el primero. Por descubrir que aún hay personas capaces de sorprenderme una y otra vez. Por el olor a hospital, a miedo, a angustia… a pérdida por partida doble en noviembre y diciembre, y por aprender de ti toda una lección de fortaleza. Por un concierto increíble, Quique, en medio de una triste navidad. Por la sensación indescriptible de despertar a tu lado por última vez y saber que ésa iba a ser la última vez; me dejé olvidado el corazón bajo tu almohada. Borraría el único momento en toda mi vida en el que sentí la necesidad, literal, de salir corriendo, y lo hice (a cambio descubrí que algo en mi vida tenía que cambiar). Por lo que me costó asumir que la mejor distancia es la mayor, y por el mes de febrero, con sus veintiocho días y veintiocho noches, en las que curé casi sin darme cuenta mis heridas. Por las ganas con las que hemos esperado todas las semanas a que llegase el viernes. Por la mezcla de ilusión y tristeza, en distintas proporciones, al confirmar que los veintitrés iban a ser vingt-trois y que los veinticuatro no iba a cumplirlos aquí. Por todas las veces que me has pedido que no me vaya con razones cada vez más ingeniosas, y por cómo aprendí a esquivar las preguntas que no podía responder siendo fiel a la verdad. Por un viaje inesperado tras el cual descubrí que hay sueños que se cumplen, que nada es imposible, y si no que os lo digan a vosotros (C&A). Por toda la gente que he conocido, uno por uno, en tan poco tiempo, y la satisfacción de haber hecho lo correcto por una vez. Por confiarte las tardes perdidas en la cafetería de la escuela arreglando el (mi) mundo para que la brújula volviera a marcar el norte. Por todas las miradas que no necesitan palabras. Por haber llegado por fin esa mañana en la que desperté con la seguridad de que no volvería a ser ni por todo el oro del mundo, lo siento, tú te lo pierdes. Por cómo has conseguido disipar, tú, casitodas mis dudas de una en una, acortando todas las distancias prudenciales. Por tu manera de decir no te lo he contado porque me gustas. Volvería a vivir los milcuatrocientosesentaynueve besos una noche de mayo cualquiera, cualquier día te tatúo las líneas de mi piel.
Por un año más... por un año menos.





lunes, 11 de mayo de 2009

Eres mi persona favorita (tú puedes todo y más).

Levántate. No merece la pena estar encabronada con el mundo. Acércate al espejo y recompón los pedazos, mírate. Eres la misma de siempre. Te has levantado una y otra vez, no va a ser ahora la excepción. Bébete las lágrimas que te quedan, convéncete de que ya no las quieres llorar. Nada de canciones tristes, que nos conocemos, y no es que lo diga yo, va en contra de todos los manuales de autoayuda del mundo. Vamos, es primavera en la ciudad. Muévete, sal a pasear, vives en París. Acércate hasta los puestos del Sena y cómprate aquel poster, ve al Louvre, o mejor, al Pompidou, ya sabes cuánto me gusta. Recoge la bicicleta que abandonaste el otoño pasado, ya es tiempo de volver a utilizarla. Sonríe, sonríe mucho, no dejes que la tristeza te gane la batalla. Olvida las inseguridades, ponte guapa, maquíllate, recógete el pelo y sal a bailar. Busca algo que te ilusione, recupera la sensación de que va a ser un buen día. Llámame cuando necesites reír, cuando necesites llorar. Y empieza a contar los días… el quince de junio volvemos a vernos, y piénsalo, no queda nada.

domingo, 3 de mayo de 2009

Te he dejado en el sillón
las pinturas y una historia en blanco.
No hay principio ni final,
sólo lo que tú quieras ir contando.