Hoy he vuelto a soñar con un lugar que no sé ni donde está. Donde es horrible el miedo incontenible. Donde todo parece demasiado auténtico para ser fingido. Donde siento que no voy, que el equilibrio es imposible y he dejado de seguirte porque creo que en el fondo ya no hay nada (de nada). Donde lo podríamos haber hecho a tu manera pero nos hubiera llevado años. Donde ir con el alma al aire se ha convertido en algo así como venga, pasa y revuelve a tu antojo. Donde las apariencias engañan, o duelen, o ambas, o ninguna… y las promesas no valen nada (de nada). Donde la decepción es la más amarga de las sensaciones y no hay peor ciego que el que no quiere ver. Donde el ritmo lo marcan los latidos por segundo y no obedece a ningún principio activo conocido. Donde todas las fotos son a contraluz y sigo intentando encontrarle a tu voz el argumento. Donde el silencio se hace cada vez más raro y la ropa siempre combina bien con el suelo de su cuarto. Donde da igual que estés aquí o allí, la magia borra todas las pisadas. Donde a veces se me olvida que el mundo gira en un sentido absurdo, que las casualidades se escriben en un papel, que nunca se puede decir nunca (ja)más, ja! Todo va a salir bien, otra vez. Quizá mejor esta vez. Donde cada vez importan menos cosas, pero importan más. Con un peso menos encima y cinco años más de vida.


