domingo, 28 de septiembre de 2008

Volvió el Tiempo a mi reloj


¿Me está convirtiendo el Tiempo en una puerta imposible de franquear? ¿en qué momento he decidido que merece la pena perderme tantas cosas sólo por lo que pueda pasar, sólo porque luego vaya a doler? ¿a qué tengo miedo, a reír y a llorar luego? ¿no es eso un poco la vida, dejar de estar de paso, dejar de vivir entre líneas, tener algo que recordar? ¿estoy real y completamente desengañada? ¿cuándo me volví tan egoísta como para no importarme hacer daño mientras sea yo la que en ninguno de todos los casos posibles salga perjudicada? ¿dónde se ha quedado la presunción de inocencia, el margen de confianza? y si eres tú el que me hace replantearme mis esquemas, íntimamente aceptados desde hace tiempo, si eres tú el que se ríe y me dice que esto no funciona así, que esto del amor lleva su ritmo y hace y deshace a su gusto, que no se puede estar siempre echando el freno… si hasta te permites el lujo de decirme que torres más altas han caído… y si realmente me lo estoy planteando en serio por primera vez en mucho tiempo ¿no será que empiezo a ganarle la batalla al olvido? ¿no será que el olvido, el miedo y yo, somos multitud? ¿no será que no hay nada que ese mismo Tiempo no cure?

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