martes, 25 de noviembre de 2008

Últimamente no tengo corazón

Cuento hasta diez para no perder la calma. Puedo mirar a quien me mira, soñar con quien me sueña, pensar sólo en quien me piensa. Mejor cuento hasta veinte. No quiero hacerte (más) daño. Puedo pensar que no hay nadie más, desear que no haya nadie más. Treinta y uno, treinta y dos... Crees que puedes conformarte con un beso. Quieres creerlo. Crees que puedes esperar a que yo me dé cuenta de que puedes hacerme feliz. Cuarenta y cinco. Podríamos tirar del tiempo a ver si tenemos suerte. Pero tu tiempo es sólo tuyo, lo hemos hablado un millón de veces. Sesenta, sesenta y uno, sesenta y dos… Podría acostumbrar a mi corazón a que se acelere cuando te acerques, a que de un vuelco si me tocas, a que me impida respirar con normalidad si me besas. Setenta. A ser feliz contigo, si es que se deja. Setenta y cinco. No negaré que a veces duela pero te mentiría si supiese por dónde empezar. Ochenta y uno, ochenta y dos… Me faltan las palabras para gritar en silencio que no, que no tengo besos de sobra, y por mucho que quiera no puedo elegir con quien soñar. Noventa y siete, noventa y ocho, noventa y nueve…



Al segundo cien descubrí que nada de esto tiene sentido e hice un pacto con el cielo, infinito.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Alguien dijo:
cuando se esperaba un viaje efímero pero infinito para los ojos..el viento me arrastro según llegaron las heladas, y me fui como vine, por la misma puerta, no por la de atrás si no por una que nadie conoce salvo yo, tiene un letrero a modo de "intentalo pero no lo vas a conseguir.."
siempre paso através, sin importar las consecuencias y menos esta vez, me creía ligero, soñador y capaz de todo; pensé "no me ahogaré sin mis mangüitos, esta vez no!", diciendo: siempre estaré allí aunque sea en pedacitos, aunque haya mil urbanizaciones que urbanizar, aunque haya que construir carreteras y jardines en plutón, aunque llege el viento y se lleve la bola de pelo, y aunque un cine sea más importante que yo, estaré alli, aunque sea yo el unico que esté.
Pero me señalaron antes de empezar, y con el invierno me quedé congelado.. (pero si te fijas bien, mis ojos siguen buscando la magia que despiertas al pasar por delante, nunca se congelan.)

R. dijo...

Así que que me arranquen el corazón,porque ya no lo uso.